Los tres reinos de Corea: Silla

Los tres reinos de Corea: Silla

A pesar de ser el reino más pequeño (territorialmente hablando) del periodo de los Tres Reinos de Corea (siglos I a.C. a VII d.C.), Silla es reconocido por haber unificado por primera vez toda la península y, bajo su dominio, se considera que la cultura y el arte coreano alcanzaron su “edad de oro”, gracias a la apertura cultural con China y Oriente Medio.
El reino de Silla surgió en el 57 a.C., cuando los estados confederados de Jinhan, en el sureste, se independizaron de China y formaron una monarquía. Se considera como el fundador al rey Hyeokgeose Park (57 a.C. a 4 d.C.) quien, según la mitología, fue enviado por los dioses justo cuando los líderes tribales elegían a un monarca, aunque es más probable que fuera descendiente de la realeza china.
Durante los siguientes seis siglos, Silla tuvo periodos de conflicto o alianza con los coterráneos reinos de Goguryeo (norte) y Baekje (suroeste) y la confederación de Gaya (sur), con fines de expansión territorial. A mediados del siglo VI absorbió el territorio de Gaya, y a mediados del VII, en alianza con la dinastía Tang de China, conquistó Baekje y Goguryeo. Tras expulsar a los ejércitos de Tang, Silla se consolidó como el primer reino unificado de Corea en el 676 d.C.
En política, fue un estado complejo e inaccesible: sólo el linaje real (identificado por un rígido sistema de rangos llamado “Golpum” o “de huesos”), podía ocupar cargos gubernamentales; su poder estaba intervenido por la aristocracia terrateniente, comerciante y militar, organizados en el consejo “hwabaek” que decidía en asuntos importantes, y los miembros de las realezas conquistadas fueron desplazados a cargos terciarios e incluso a la esclavitud.
Sin embargo, también se generó una estabilidad social y económica sin precedentes, que permitió el desarrollo cultural de la región. Tras resarcir relaciones con la dinastía Tang, se intensificó el comercio con China y Oriente Medio, a través de la Ruta de la Seda, en la que transitaban, junto con las mercancías, estudiantes e intelectuales.
En el arte, especialmente el religioso e imperial, destacó el uso de oro, bronce dorado, plata y jade, motivo por el que el reino fue conocido como “la tierra de oro”. La estética se caracterizó por una combinación del detalle y suntuosidad del budismo y el taoísmo chino; técnicas de orfebrería del Mediterráneo, y un naturalismo propio del chamanismo coreano.
En la Sala permanente “Corea, la tierra de la calma matutina”, del MNCM, se exhibe una réplica de la corona del rey Hwangnam Daechong, que contiene elementos del chamanismo (“musok”) como el “árbol de la vida”, en el que está escrito el destino de la humanidad, y cuentas de jade con forma de coma, asociadas con garras de tigre y la luna, emblemas de poder y renacimiento. También le acompañan un cinturón, un collar y unos aretes, que incorporan técnicas de orfebrería mediterráneas como el granulado y la filigrana.
Los choques entre clases sociales, el empoderamiento de los herederos de los antiguos reinos de Baekje y Goguryeo, así como el aumento desmedido de impuestos, provocó que la península volviera a fragmentarse en la época conocida como Tres Reinos Tardíos (892 a 936).