ACERCA DEL MUSEO
El Museo Nacional de las Culturas es uno de los cinco museos nacionales del Instituto Nacional de Antropología e Historia, único en el país con el claro objetivo de acercar a sus visitantes a la diversidad cultural del mundo.
Esta vocación se remonta a 1825, cuando el primer Presidente de México, General Guadalupe Victoria, asesorado por Lucas Alamán, dispuso la fundación del Museo Nacional. Posteriormente el Emperador Maximiliano de Habsburgo, por medio de un decreto, establece en 1865 que las colecciones y objetos del México prehispánico, y los de historia natural, fueran resguardados en este museo que antes albergó las llamadas “casas denegridas” de Moctezuma II, donde se dice que el gobernante azteca meditaba sobre los asuntos de gravedad que estremecían a la gran Tenochtitlan.
Este recinto, que a partir de 1965 alberga al Museo Nacional de las Culturas, fue también la primera Casa de Moneda durante la Colonia; alojó en la época juarista a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y durante un siglo fue un centro importante de iniciativas para documentar la historia y realizar investigaciones sobre arqueología, etnografía, historia y estudios que fundamentaron las exposiciones en sus salas, contribuyendo así al desarrollo de la identidad nacional.
Sus importantes colecciones dieron lugar a la fundación de otros importantes museos como el primer Museo de Historia Natural en el edificio del Chopo, el Museo Nacional de Historia en el Castillo de Chapultepec en 1940, el Museo Nacional de Antropología en 1964.
Al Museo Nacional de las Culturas le corresponde la labor de resguardar los objetos provenientes de diferentes culturas del mundo. Asimismo, responde a las políticas del Estado mexicano para desarrollar, en las modalidades propias de un museo, temas universales sobre antiguas civilizaciones y culturas de diferentes latitudes del planeta.
UN MUSEO NACIONAL SE RENUEVA
Por primera ocasión en más de cuatro décadas, el Museo Nacional de las Culturas está sujeto a un proceso de restauración arquitectónica, así como a una revisión museológica de gran envergadura.
La visión museológica incluye el replanteamiento de su razón de ser, su función ante la sociedad, el método de investigación y la organización interna que requiere para presentar una visión de diversas culturas del mundo a través de la historia.
Debido a la complejidad de su arquitectura, este museo, al igual que todo inmueble de carácter histórico que forma parte del patrimonio nacional, sólo puede ser intervenido por especialistas, conocedores de las añejas y modernas técnicas en materia arquitectónica y de restauración.
Maderas, herrajes, escaleras y patios de cantera, así como la parte estructural para la readecuación de los espacios, son parte del Plan Maestro de Arquitectura y Restauración como eje conceptual para llevar a cabo este exhaustivo proyecto renovador que ha dado sorpresas que implican mayor complejidad para su ejecución; particularmente en el sistema de drenaje cuya antigüedad urgía una renovación profunda y el sistema de voz y datos que implicó un gran esfuerzo.
Es así como se ha logrado ubicar a este museo como un recinto histórico y moderno capaz de despertar el interés de visitantes nacionales y extranjeros.