La búsqueda de la salud y la juventud, la cosmética en el #AntiguoEgipto
La #Cosmética egipcia es una de las más antiguas de la historia; se han encontrado herramientas para la elaboración de afeites que datan desde el 5000 a.C. Esta población tuvo una cultura de la belleza muy completa, pues confiaba en estos métodos para proteger la salud y prevenir el deterioro corporal, aparte de que una apariencia cuidada era indicador de estatus y un requisito de presentación.
Para esta antigua civilización, los afeites servían en vida para prevenir enfermedades, contribuir al bienestar físico y tener una buena imagen. Pero debido a la creencia de que el cuerpo material se continuaba usando en la eternidad, todas estas atenciones eran tempranas medidas de preservación. Además, se creía que para tener derecho a hablar ante los dioses (en el inframundo y el “paraíso”) se debía lucir impecable.
Un aspecto fundamental era el aseo personal y se estima que los egipcios se bañaban al menos dos veces al día, usando agua y natrón (carbonato de sodio) o ceniza, en lugar de jabón. También lo era la eliminación del vello corporal, que evitaba el alojamiento de insectos y parásitos, para lo cual usaban navajas de sílex o depiladores hechos con ceras o resinas.
Eran imprescindibles de igual manera los desodorantes y había recetas varias como polvo de huevo de avestruz, alumbre (sales de aluminio), mirra o aceites naturales. Por otro lado, para proteger y embellecer tanto el cabello como las uñas, era común untarse henna.
En la piel se aplicaban gran variedad de aceites, perfumes y ungüentos que protegían del sol e infecciones; hidrataban y ahuyentaban a los insectos, y algunos también servían como blanqueadores y reafirmantes. Fueron comunes exfoliantes como la miel con sales; productos hidratantes hechos con aceites o grasas mezcladas con polvos vegetales o minerales, y perfumes de esencias de flores, pulpas de frutas y especias.
Atención especial recibía la salud facial y todas las personas (sin importar su sexo o edad) se maquillaban la cara, especialmente, los ojos. El más característico fue el “kohl”, un delineador de ojos hecho con polvo de galena (sales de plomo) que ayudaba contra infecciones oculares; sombras hechas con polvo de malaquita, lapislázuli o galena que bloqueaban la radiación solar, y maquillajes de ocre (óxido de hierro) o arcillas rojas para proteger de la abrasión.
Estos productos solían elaborarse al momento, triturando y mezclando los ingredientes sobre unas paletas cosméticas de roca pulida que tenían diversas formas. Las más sencillas tenían un corte de figuras geométricas, otras representaban la silueta de animales y las más elaboradas incluían escenas cotidianas, pasajes míticos o históricos. En la sala de “Egipto faraónico”, del #MNCM, se exhiben unas paletas cosméticas de forma geométrica que datan del periodo predinástico (4000-3100 a.C.).
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