Dulce néctar. Tlachiqueros y pulque

Dulce néctar. Tlachiqueros y pulque

“#AguaDeLasVerdesMatas: tú me tumbas, tú me matas y hasta me haces andar a gatas con la cola entre las patas”. Con el fin de dar a conocer la historia, mitología, cultura e imaginarios en torno al #Maguey y el #Pulque, y reflexionar sobre su preservación siendo símbolos de la identidad mexicana, se presentó la exposición pictórica “Dulce néctar. Tlachiqueros y pulque”, en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, inaugurada en julio de 2019.
El recorrido constó de más de 30 pinturas elaboradas por artistas de escuelas del INBAL, la UNAM y otras instituciones, coordinadas por la gestora cultural Oralia Morales Soto dentro del proyecto artístico y de investigación “Historia del Pulque”. La acompañó una recreación de una pulquería típica, con sus vitroleros llenos de curados de sabores y paredes decoradas de refranes como “Detente caminante, un pulquito y adelante” y “Toma pulque y come nopal y vivirás un montonal”.
Una parte de las piezas aludieron al origen prehispánico de esta bebida, conocida en náhuatl como “#Octli” (“bebida embriagante”), que era consumida solamente por los ancianos, los sacerdotes y la nobleza en rituales. Otra sección al mito de Mayahuel, de cuyo cuerpo surgió la planta del maguey, y la leyenda de la luna de pulque, que es un gran tinacal que fecunda la tierra y es rellenado por dioses conejo en la luna llena (por ello los magueyes debían sembrarse en esta fase).
Ilustraron el proceso tradicional de elaboración del pulque, que inicia con el capado y raspado de la piña del maguey para que produzca aguamiel, que se extrae dos veces al día succionándolo con un acocote, y se deja fermentar por algunos días en un tinacal. Varias pinturas rindieron homenaje a los tlachiqueros, los agricultores que han preservado la técnica para el cultivo del maguey y la elaboración del pulque desde tiempos ancestrales.
También se hizo referencia al apogeo del pulque durante el porfiriato, cuando se convirtió en una bebida cotidiana aún entre la aristocracia, y las “pulcatas” eran importantes centros sociales y lúdicos, incluso para las mujeres. Luego a su decadencia durante la posrevolución, con las campañas de desprestigio impulsadas por industrias competidoras, como la de la cerveza y el discurso modernizador institucional.
Se hizo conciencia de la importancia de la conservación del maguey, no sólo por ser la materia prima para la elaboración del pulque, fibras y alimentos, sino como parte del patrimonio biológico e ícono de la identidad mexicana, y de la resistencia del pulque, que aún es un alimento básico entre las comunidades rurales y ha tratado de ser recuperado por las juventudes urbanas.
Para saber un poco más, te compartimos la nota y el video de la inauguración del #MNCM en https://bit.ly/3zfd1eb y https://bit.ly/3znFVZH, así como la nota del conversatorio homónimo en https://bit.ly/3eG8j1f