Describen en ponencia magistral historia, características y uso medicinal del té en China

Describen en ponencia magistral historia, características y uso medicinal del té en China

Especificaciones sobre la historia, características y usos medicinales del té en China, compartió Ivonne Campos Rico, doctora en Estudios de Asia y África por El Colegio de México, en la conferencia magistral “El té y su relación con la Medicina Tradicional China: salud, placer y cultura”. La conferencia se realizó el jueves 2 de septiembre como parte del Seminario Japón y los Imaginarios Transculturales “Asia: Diálogos y resonancias en la globalidad”.
Explicó que el té en China se refiere específicamente a las infusiones hechas con hojas de “camellia sinensis”. Para la producción de diferentes tipos de té, las hojas se procesan con alguno o varios de estos métodos: oxidación, un secado común; fermentación, descomposición con bacterias, y fijación, detener la oxidación en momentos específicos con golpes de calor.
Destacó seis tipos: té verde que está hecho de hojas tiernas; blanco, en el que las hojas se secan un poco; amarillo, con hojas poco oxidadas y fermentadas; “oolong”, cuyas hojas se secan en los bordes, pero el centro permanece fresco; rojo (negro en Europa), completamente fermentado, y el “pu-erh”, exclusivo de la región de Yunnan, con hojas fermentadas durante meses o años.
Según la tradición, fue el mítico emperador Shen Nong (ca. 2800 a.C.), iniciador de la herbolaria y la agricultura, quien descubrió accidentalmente esta planta y sus propiedades. A su vez, para el budismo zen japonés, las hojas del té surgieron de los párpados extirpados de Bodhidharma (ca. siglo V y VI).
Desde la dinastía Han (206 a.C. a 220) hay registro del hábito de beber té en el sur de China, como constata el “Canon de herbolaria de Shen Nong”, recopilado de la tradición oral alrededor del siglo III a.C. Sin embargo, fue hasta la dinastía Tang (618 a 907) cuando su consumo proliferó también en el norte, donde era un remedio para la embriaguez, y entre los pueblos nómadas del oeste a través de la Ruta de la Seda, quienes lo emplearon como un suplemento alimenticio.
Durante la dinastía Tang se escribió uno de los grandes tratados sobre el té, el “Cha Jing”, de Lu Yu, entre los años 760 y 780, que describe los orígenes, características, métodos de producción, beneficios y rituales del té. Asimismo, iniciaron los festivales asociados con la siembra y cosecha de este producto, y la bebida adquirió categoría artística al asociarse con los intelectuales, los monjes y la corte.
Entre las dinastías Song (960 a 1279) y Yuan (1271 a 1368) se experimentó la elaboración de té en polvo y con hojas secas, y en las Ming (1368 a 1644) y Qing (1644 a 1912) se desarrollaron técnicas como la fermentación y el perfumado (combinación con otras plantas y flores), y la siembra y cosecha en temporadas específicas. Al finalizar el periodo imperial, el consumo del té decayó en el ámbito institucional, aunque no en el popular.
Tras el establecimiento de la República Popular China, la herbolaria tradicional ha sido reivindicada por la academia de esa nación, habiendo más de 30 universidades y 100 escuelas de nivel medio-superior especializadas en el estudio y enseñanza profesional de estas prácticas.
Específicamente sobre el té, la medicina tradicional y contemporánea indican entre sus principales beneficios el aporte de antioxidantes y la reducción del colesterol (té verde), efectos des-inflamatorios y antibacteriales (té blanco), y demás atributos aún en estudio.
El seminario es organizado por el Círculo de Estudios sobre Subcultura Japonesa en México (CESJM) y el Posgrado en Antropología Social de la ENAH. La sesión fue moderada por Isaura Sánchez, integrante de CESJM, y la conferencia completa está disponible en https://youtu.be/ZaNn_0kqqms