Tarta de queso con dulce de membrillo y pomelo

Tarta de queso con dulce de membrillo y pomelo

Seguimos con las delicias gastronómicas de otoño, y para este viernes te traemos una receta simplemente deliciosa, que combina dos postres de orígenes muy diversos: el mundialmente famoso “cheesecake” y el dulce andaluz de membrillo.
La historia de la tarta de queso o “cheesecake” ya la hemos abordado anteriormente en uno de nuestros artículos, por lo cual nos centraremos en rescatar la del membrillo, cuyo origen es muy particular y romántico. Su nombre se origina por la similitud de las ramas flexibles y resistentes con el mimbre.
El membrillero es autóctono de Europa meridional y de los países a orillas del mar Caspio (bosques del Cáucaso, Persia y Armenia). Cuenta la leyenda que fue cultivado en Babilonia. Después se halla en los huertos de Cydon, en Creta, de allí proviene su nombre científico “Cydonia oblonga”, se detalla en el portal vasiller.com
Entre los antiguos griegos y romanos fue conocido como el fruto del amor y la fecundidad, por lo que el árbol de membrillo estaba consagrado a la diosa griega Afrodita, Venus para los romanos, la deidad del amor.
En aquellas culturas era común ofrecer este fruto, por su agradable aroma, como regalo de bodas. Plutarco consigna que las novias mordían este, para perfumar su beso antes de entrar en la cámara nupcial.
En el siglo IV d.C., el escritor y agrónomo romano Paladio estudió la idea de cocer tiras de membrillo en miel, para obtener una pasta para untar. Ya en el siglo VII se difundieron recetas de jaleas preparadas con zumo de membrillo con miel, de acuerdo con vasiller.com
Los árabes valoraron esta fruta y reconocieron sus variadas virtudes medicinales, su alto poder energético y su largo periodo de conservación. Se cree que fueron ellos quienes al asentarse en España lo transformaron en un dulce popular y tradicional. Con las naves de los peninsulares llegó a la Nueva España, convirtiéndose en el conocidísimo ate, deliciosa golosina para chicos y grandes que se halla desde el norte de México hasta el sur de Argentina.
Así que no dudes en preparar esta tarta con dulce y aromático sabor para deleitar a tu familia o sorprender a tu pareja con su romántico origen. La receta se ha extraído del portal Directo al Paladar. El sabor de la vida: https://cutt.ly/rRrU8vd

Ingredientes (para 8 porciones):

  • 400 g de queso crema
  • 150 g de yogur griego
  • 2 huevos
  • 50 g de harina fina de maíz
  • 5 ml de esencia de vainilla
  • una pizca de sal
  • 1 pomelo rojo (toronja)
  • 200 g de dulce de membrillo
  • 40 ml de agua
  • 60 g de azúcar

Procedimiento:

  1. Precalentar el horno a 180º C y engrasar un molde de 20 cm de diámetro, preferiblemente con el fondo desmontable.
  2. Disponer el azúcar en un bol y rallar encima la piel del pomelo (toronja), previamente bien lavado. Estrujar con los dedos para que se liberen los aromas. Añadir los huevos y batir con varillas a velocidad baja, hasta que el azúcar se disuelva casi del todo.
  3. Incorporar el queso de untar, el yogur griego (escurriendo el suero), la vainilla y la sal. Batir todo hasta formar una crema homogénea.
  4. Tamizar encima la harina fina de maíz y batir suavemente hasta incorporarla. Verter en el molde preparado, dándole unos golpecitos para igualar la superficie y que salgan las burbujas más grandes.
  5. Hornear sobre una rejilla durante unos 30 minutos, bajando la temperatura a 170º C pasados los primeros 10 minutos. Girar el molde a mitad de cocción para que se dore por igual.
  6. Poner un poco fuera del horno antes de desmoldar y dejar enfriar por completo.
  7. Mientras tanto, preparar la cobertura de membrillo. Trocear el dulce y colocarlo en un cazo con 2 cucharadas de zumo de pomelo. Calentar y cocer suavemente, machacando con una cuchara, hasta tener una crema espesa. Añadir un poco de agua si fuera necesario.
  8. Esperar a que se enfríe un poco y verter encima de la tarta, distribuyendo bien toda la crema de membrillo. Guardar en el refrigerador. Hay que recordar sacarla un poco antes de servir, para que no esté demasiado fría.
  9. Acompáñalo con crema batida (opcional)
¡Buen provecho!
Leticia Turcio, Archivo Histórico del MNCM.