Tapete con diseño de “aves con flores”

El tapete que elegimos como imagen para la exposición “Alfombras de Irán. Paraísos errantes”, es muy especial. Se trata de una alfombra que fue elaborada con hilos de lana y de seda en la ciudad de Tabriz. Ésta se encuentra al norte de Irán, y es una de las principales ciudades productoras y exportadoras de alfombras desde el siglo XVI, cuando fue la capital del imperio persa. Sus habitantes hablan turco, es decir, son iraníes de habla turca o azerí. Las alfombras de Tabriz tienen un nudo muy cerrado o apretado; esto, sumado a la finura de los hilos, posibilita la elaboración de dibujos con mucho detalle. Hoy en día decir “alfombra Tabriz” significa que se habla de un tapete de mucha calidad.

El diseño de este tapete se llama “aves con flores” y es muy apreciado en Irán. En persa recibe el nombre “gol e morg” y se inspira en la imagen poética del ruiseñor y la rosa, prototipos del amante y el amado por excelencia. La rosa en la literatura aparece como imagen de la perfección y la belleza y, por lo tanto, como una metáfora del amado, ya sea en el plano terrestre o espiritual. Por su parte, el ruiseñor representa al amante o al poeta. La rosa es hermosa, orgullosa y a veces cruel, mientras que el ruiseñor canta eternamente su amor y devoción. El poeta-ruiseñor le canta a su príncipe-rosa. En la poesía mística el anhelo del ruiseñor por la rosa es la metáfora del anhelo de Dios. Estos símbolos han sido utilizados por los poetas como metáforas del amor terrenal y espiritual, en la épica, la lírica y la mística por más de mil años, al punto de convertirse en verdaderos símbolos de la cultura persa.

El “gol e morg” aparece en muchas de las artes de Irán. Se ve en los primeros manuscritos del siglo XIV, en donde las rosas también se usaron para decorar los márgenes de los textos que hablaban de amores de juventud y primavera. Esos paisajes sugerían de igual manera los placeres del jardín del paraíso descrito en el Corán. El diseño de aves con flores fue el tema principal en la decoración de la dinastía safávida (1501-1722) y qayar (1785-1924) en todo tipo de objetos como la cerámica, el trabajo en madera, la miniatura, la decoración de habitaciones, lacas, espejos y charolas. Los palacios de Isfahán en el siglo XVII eran famosos por sus jardines, que albergaban a las llamadas rosas de cien pétalos y rosas bicolores, rosa con blanco y amarillo con blanco. En el periodo qayar las rosas se emplearon como símbolo de los profetas, en particular de Muhammad, que se dice creó la rosa de una gota de su transpiración.

Por todo lo anterior, se trata de un tapete representativo de la cultura iraní. Pero además de esto, el diseñador José Manuel Bravo vio en esta alfombra elementos importantes, su fondo negro permitía: que una imagen de gran formato contrastara, resaltar los trazos e incluso apreciar detalles del anudado. Además, la composición del tapete, le permitió seleccionar cuatro elementos para elaborar los diseños de las puertas de entrada y salida de la exposición.


Dentro del recorrido, colocamos el tapete de Tabriz al final de la muestra, como cierre y homenaje a los poetas persas y sus imágenes paradisíacas. Te invitamos a que vengas a verlo, la exposición estará abierta hasta abril del presente año.

Alejandra Gómez Colorado, investigadora del MNCM, curadora de la exposición

Fotos: Joaquín Vega, MNCM-INAH

Referencias:
Layla S. Diba, “Gol o bolol, rose and nightingale, a popular literary and decorative theme”, Encyclopedia Iranica, 2012.
P.R.J. Ford, “El gran libro de las alfombras de Oriente”, Blume, Barcelona, 1982.