Sistemas de escritura en el mundo Los principios

Las lenguas son, en esencia, orales. Esto quiere decir que no requieren, obligatoriamente, de una representación gráfica. Si una lengua no cuenta con escritura, significa que no la ha necesitado; esta circunstancia no le resta, en nada, su creatividad, valor y funcionalidad. En general, un sistema de escritura involucra una dirección del trazo, así como una relación simbólica arbitraria y convencional. Dicha relación se puede sustentar en un rasgo sonoro, en una combinación de sonidos (lo que, mayormente, resulta en sílabas), en una idea, o bien, en una imagen (total, parcial y/o abstracta) de un referente. Ejemplos de lo anterior serían, respectivamente, el griego, el tibetano, el chino y parte del maya. Estos mecanismos se pueden combinar generando sistemas mixtos o híbridos.
En la actualidad, el sistema de escritura heredado del latín, el cual, a su vez, proviene del griego y el fenicio, es el más difundido en el mundo (se encuentra en todos los continentes). Esto puede resultar en ciertos inconvenientes, ya que se intenta equiparar a los sonidos de las lenguas, lo que lleva a crear una combinación artificial de letras con las que se señalan, pero no representan, dichos sonidos (por ejemplo, el sonido “o” en francés, se representa de dos maneras: “au”, “eau”). Lo anterior hace que, para manejar la escritura, tenga que haber un proceso escolarizado largo y complejo de alfabetización con su posterior práctica.
H. Antonio García Zúñiga, investigador del MNCM