Seminario sobre la diversidad étnica de México

Con sesión dedicada a la diversidad étnica de México termina ciclo de talleres por el Día Internacional de los Pueblos Indígenas

La diversidad étnica y las características de algunos pueblos originarios de diferentes partes de nuestro país, fueron abordadas por Raúl Hernández, del departamento de Comunicación Educativa del Museo Nacional de las Culturas del Mundo (MNCM,) en el taller del sábado 28 de agosto titulado “Los pueblos indígenas de México”. Con esta sesión, se concluyeron los talleres organizados en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas (9 de agosto).
Como introducción al tema, explicó que el 6.2% de la población mundial pertenece a algún pueblo indígena. Sus habitantes son importantes transmisores de saberes, tradiciones y lenguas ancestrales; además, debido a su estrecha relación con la tierra, son imprescindibles en la lucha por la preservación de los recursos naturales. Desafortunadamente, una gran parte vive en situaciones de marginación, pobreza extrema y con violaciones a sus derechos humanos.
En México, según la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, se identifican 62 grupos etnolingüísticos, que hablan igual número de lenguas y 364 variantes de las mismas. Por mencionar algunos, en la costa Pacifico se encuentran los pueblos cora, huichol, purépecha, amuzgo, zapoteco y mixteco; en el golfo, los popoloca, tepehua, totonaca y chontal; en la península de Yucatán y Chiapas, los maya, tzotzil, jacalteco, kanjobal y zoque; en el norte, tarahumara, kikapu, tepehuan, seri y yaqui, y en el centro, chichimeca, náhua, otomí, totonaco y huasteco.
Raúl enfatizó en algunos pueblos que han luchado por la preservación de sus culturas. Entre ellos los tarahumaras o rarámuris (en español “pies ligeros”), distribuidos en los estados de Chihuahua, Sonora y Sinaloa. Comentó que, durante la colonización, varios pueblos: tarahumara, chinipa y guarajío, entre otros, fueron asimilados bajo el nombre del primero. Estos se caracterizan por el respeto y la protección a la naturaleza, considerada prestada, y tienen una cosmovisión basada en el “arewá” (la fuerza de la vida) y los antepasados, y sus deidades son el Sol y la Luna.
Sobre los huicholes o wixaritari mencionó que se asientan en los estados de Jalisco, Nayarit, Zacatecas y Durango, y su lengua está emparentada con el cora, el náhuatl y el tepehuano. En su religión son importantes elementos como el maíz, el venado y el peyote; los primeros simbolizan el sustento vital, y el último es el medio para trascender al mundo espiritual. Uno de sus rituales más importantes es la “danza del peyote”, en la que se representa el final de la temporada de secas y la llegada de la serpiente de la lluvia desde el desierto de Wirikuta.
Asimismo, sobre los mayas recordó que habitan en los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Según sus creencias, el universo está integrado por tres estratos, el cielo, la tierra y el inframundo, habitados por seres sobrenaturales que inciden de modo positivo o negativo en el equilibro de la existencia.
En la época prehispánica, esta cultura destacó por la construcción de grandes centros ceremoniales como Uxmal, Palenque y Chichén Itzá, por el desarrollo de un singular y prolífico arte escultórico, y un completo sistema de escritura pictográfico, entre otros aspectos. Estos elementos arqueológicos actualmente han ayudado a sus descendientes a construir y defender su identidad.
Posteriormente, mientras se escuchaba la canción “Sembrando esperanza”, originaria de la cultura huichol, Raúl describió el procedimiento para elaborar un portavasos tejido, hecho con fibra de mimbre de colores y base de madera. Para consultar la lista de materiales y elaborar la pieza abre este enlace https://bit.ly/3AQKGLN, y para ver la sesión completa del taller dirígete a la dirección https://youtu.be/9NYvQzNQy1A