Recuerdan en taller sabatino los aportes de la cultura romana en arquitectura y urbanística
Uno de los aportes más importantes de la cultura romana fue en la arquitectura y la urbanística, al establecer principios para el correcto diseño y ubicación de los edificios e infraestructuras, manteniendo un equilibrio entre estética y funcionalidad. En el taller “Arquitectura romana”, del sábado 25 de septiembre, Raúl Hernández, del departamento de Comunicación Educativa del MNCM, detalló las características de edificaciones y ciudades romanas.
La arquitectura romana se caracterizó por la introducción de un innovador material, el hormigón, una mezcla de cemento, arena y piedra más fuerte que otros materiales. También, por seguir algunas reglas básicas llamadas “Tríada de Vitruvio”, escritas por el arquitecto Marco Vitruvio Polión en el siglo I a.C.: firmeza, una obra estable y perdurable; utilidad, que genere bienestar para la comunidad, y belleza, estéticamente armónica y simétrica.
Tuvo sus fundamentos en la arquitectura griega, de la cual retomaron principios matemáticos de construcción y la noción de orden, y el uso de la columna, aunque con fines más estéticos que funcionales, y en la etrusca (los pueblos nativos de la península itálica), de la que rescataron los recubrimientos de los muros, el uso de formas arqueadas y las columnas con soporte.
Algunas estructuras arquitectónicas características en Roma fueron los “arcos romanos”, con forma de semicírculo y hechos con varias piedras tipo cuña (dovelas) superpuestas y en número impar, de tal manera que la pieza central sostuviera a las demás. Por su estabilidad, esta estructura facilitó la construcción de grandes bóvedas, acueductos y puentes.
También la “calzada romana”, carreteras de gran durabilidad y comodidad que tenían cimientos aplanados de un metro de profundidad con capas de piedra, grava, arena y loza. El desarrollo de estos caminos fue con la finalidad de facilitar la comunicación con las provincias y agilizar el tránsito de los transportes y ejércitos, de allí deriva el dicho “Todos los caminos llevan a Roma”.
Además, formas derivadas de las columnas clásicas griegas: la “toscana”, parecida a la columna “dórica” pero con una base o “basa”, y la “compuesta”, que combina en el capitel la decoración “jónica”, con forma de volutas, y la “corintia”, con intrincados diseños vegetales, y otros elementos.
Raúl comentó que una construcción emblemática es el Coliseo, iniciado por el emperador Vespasiano en el 70 d.C. y finalizado por Tito en el 80 d.C. Tiene un diámetro de 527 metros, descansa sobre 80 pilares con bóvedas y cuenta con cinco niveles de gradas. En su base tiene un sótano, donde reposaban las fieras y los gladiadores, y encima una plancha ovalada de arena de 75 por 44 metros, el área de combate. El complejo estaba coronado por un “velario”, un aparejo con un toldo plegable.
Recordó que los espectáculos de gladiadores derivaron de la antigua tradición funeraria de sacrificar prisioneros en la tumba de personajes importantes, para aplacar a sus almas. Estas demostraciones se convirtieron posteriormente en espectáculos para distraer la atención del pueblo de asuntos importantes, y en tiempos de la república fueron un medio para conseguir votantes.
Los juegos en el Coliseo duraban entre tres y seis días, y en cada uno se presentaban tres tipos de espectáculos: en la mañana se organizaban luchas entre animales exóticos, las “venatio”; al medio día se celebraban las “damnatio ad bestias”, donde los condenados a muerte, desarmados y desnudos, combatían con fieras, y en la noche tenían lugar las peleas de gladiadores.
Posteriormente, se armó una maqueta del Coliseo de Roma en papel, y para elaborarla necesitarás imprimir las plantillas disponibles en este vínculo https://bit.ly/2YOGkap También puedes revisar la sesión completa del taller en el canal de YouTube del MNCM en https://youtu.be/v_pKkmkN0WQ