Muestran a dibujantes aficionados y principiantes la manera de recrear al bisonte gigante del Pleistoceno

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Muestran a dibujantes aficionados y principiantes la manera de recrear al bisonte gigante del Pleistoceno
El ciclo de conferencias “De la ciencia al arte: paleoartistas en acción” concluyó el sábado 16 de abril con una actividad que permitió experimentar la creación paleoartística a dibujantes aficionados y principiantes. Así, los participantes pudieron conocer a un imponente miembro de la megafauna mexicana que ha sido poco visibilizado y estudiado: el “bisonte gigante”.
En el taller “Reconstruyendo al Bison latifrons”, el ilustrador José Luis Martínez Díaz, maestro en Ciencias Biológicas por el Instituto de Geología de la UNAM, introdujo que este animal vivió a finales del Pleistoceno (hace 126 mil a 11 mil años). Se distribuyó desde Norteamérica hasta el sur de México, sin embargo, es escaso su registro en nuestro país, con algunos hallazgos en los estados de Chihuahua, Jalisco, la cuenca de México, Guerrero y Oaxaca.
Según las investigaciones, el “bisonte gigante”, también conocido como “bisonte de la era de hielo” o “bisonte de cuernos largos”, tenía una apariencia similar a la del “bisonte americano” (“Bison bison”), pero con una altura que rebasaba los 2.3 metros (sin considerar joroba ni cuernos) y una gran cornamenta de 2.6 metros de amplitud. Ha sido reconocido como uno de los bóvidos más grandes que han existido, junto con el “Pelorovis” africano.
En el primer ejercicio de creación de este taller, se dibujó un esqueleto de “Bison latifrons”, a partir de la reconstrucción hecha por el naturalista Richard Harlan en su obra “Fauna Americana” (1825). Mientras describía cada uno de las estructuras, el especialista enfatizó la importancia de conocer la anatomía de estos animales y sus parientes vivos para poder recrearlos con veracidad, empezando con la composición ósea, pues a partir de allí se pueden reconstruir también los músculos y los tejidos.
En el segundo trabajo se hizo la recreación del “bisonte gigante” en su ambiente, usando colores de madera. Explicó que estos animales se organizaban en grupos pequeños y solitarios debido a su gran tamaño, y habitaban principalmente en praderas y pastizales, aunque también se introdujeron en zonas boscosas. No tenían pelo abundante y sus colores eran oscuros en el lomo y claros en el vientre, correspondientes con el camuflaje de zonas abiertas.
Mencionó que para convertirse en paleoartista, se puede partir de una formación en artes, diseño o biología, y especializarse en ilustración científica y reconstrucción paleontológica, aunque también se puede aprender de forma autodidacta. Enfatizó además que es importante la actualización, tanto en técnicas artísticas como en conocimientos paleontológicos, y la colaboración transdisciplinaria con biólogos, paleontólogos y geólogos.
Indicó que el paleoarte es un importante recurso para la actividad científica, pues sirve para el registro y respaldo de los materiales fósiles hallados, especialmente cuando dichos materiales se han perdido, al tiempo que complementan las descripciones hechas por los investigadores para auxiliar en su estudio. Más aún, ha sido imprescindible para ayudar al conocimiento, comprensión y disfrute del patrimonio fósil y de la historia natural local, entre el público general.
La conferencia fue moderada por Felisa Aguilar Arellano y Norma Lara Barajas, presidenta y asistente del Consejo de Paleontología del INAH, respectivamente.
Aprende a dibujar este espécimen de la megafauna mexicana y descubre algunos consejos para acercarte al paleoarte, en la sesión completa del taller, en el canal de YouTube “INAH TV” en https://youtu.be/gyTkQPUZpAM