Las características sociales, culturales y artísticas de los pueblos originarios de la costa del Pacífico de Norteamérica

Taller sabatino del MNCM trata los aspectos culturales de los pueblos del cedro
Las características sociales, culturales y artísticas de los pueblos originarios de la costa del Pacífico de Norteamérica, en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas (9 de agosto), fueron abordadas por Matilde Ortiz, del área de Comunicación Educativa del MNCM, en el taller “Los Pueblos del Cedro, costa noroeste de Canadá”, que ofreció este sábado 21 de agosto.
Según investigaciones, estos pueblos se asentaron en la región desde el 6000 a.C., dedicándose inicialmente a la caza y la recolección, y en torno al 2000 a.C. se convirtieron en navegantes y desarrollaron herramientas sofisticadas para la pesca como arpones con punta de hueso. Antes de la colonización se encontraban los pueblos tlingit en el sur de Alaska; los kwakiutl y nootka en las islas de Vancouver, y los bella coala y salish en la frontera canadiense-estadounidense, entre otros.
Sobre las características de su organización, Matilde explicó que vivían en aldeas junto al mar, conformadas por unas 30 casas con familias extensas, desde 15 hasta 80 personas. En una casa, los “nobles” era los allegados al jefe que podían reclamar los privilegios y propiedades por herencia; los plebeyos no tenían privilegios, pero podían adquirirlos si conseguían riquezas, y los esclavos, capturados de clanes enemigos, que hacían las faenas de pesca y recolección.
Los rangos sociales se definían durante las ceremonias “potlatch” (“dar o regalar”), en las que la familia organizadora regalaba sus bienes a otros clanes, a cambio de reconocimiento y prestigio, y la calidad de los regalos ayudaba a definir las jerarquías. Asimismo, en una aldea las familias se organizaban a través del consenso entre los jefes, y su identidad grupal dependía de aspectos culturales como el idioma y la creencia en mitos y leyendas.
En general, en su religión creían en la existencia de una fuerza sobrenatural que animaba a todos los elementos de la naturaleza y la humanidad, y para entrar en contacto con esta entidad realizaban diversos rituales o recurrían a chamanes. Éstos, al ser intermediarios con el mundo espiritual, gozaban de mucho prestigio y eran temidos, y se encargaban principalmente de la curación.
Se dedicaban a la caza, la recolección, y especialmente a la pesca del salmón durante el verano. Los hombres se ocupaban de atrapar a los peces y las mujeres los limpiaban, secaban y ahumaban para el almacenaje. En esta temporada destacaba el rito de los primeros frutos, en el que el primer pescado se cocinaba de manera ritual, y el esqueleto se devolvía al mar para que renaciera.
Estas comunidades han sido conocidas genéricamente como “pueblos del cedro”, debido a sus ancestrales habilidades para la talla en madera de cedro, que se rastrean desde el 2000 a.C. Las tallas destacan por su simetría, el llenado de espacios y por la representación de animales característicos como osos, lobos, castores, tiburones, ballenas, águilas, halcones y cuervos.
Entre las piezas de madera principales están los postes totémicos, que tienen funciones heráldicas y se construyen para conmemorar eventos importantes como la muerte de un jefe; máscaras que se usan en rituales y que suelen representar a animales o seres espirituales quiméricos; grandes canoas de altamar para guerra, comercio y ceremonias que se construyen de un solo tronco, y cajas de almacenamiento, hechas con una tabla de madera suavizada con agua caliente y moldeada.
Como actividad se decoró una cajita de madera con impresiones en papel, con diseños artísticos de los “pueblos del cedro”, usando técnica “transfer”. Para consultar la lista de materiales y las plantillas de este trabajo abre el enlace: https://bit.ly/2VBfb9o, y puedes revisar el taller completo aquí https://youtu.be/VUsRKPSsdZY
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