Inicia el curso Arte aborigen australiano, organizado por el MNCM
Con el fin de visibilizar las propuestas artísticas de otras regiones del mundo, además de la europea predominante, el miércoles 6 de octubre inició el curso en línea “Arte aborigen australiano”, en el que a lo largo de 4 sesiones se profundizará sobre la historia, importancia cultural y características técnicas de la tradición pictórica aborigen, impartido por Mario Eliseo Juárez Rodríguez, artista visual y doctorando de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM.
Para iniciar, recordó que Australia fue descubierta por los británicos en 1770. El capitán James Cook, la declaró como “terra nullius” (tierra de nadie) y la convirtió en una colonia del imperio. Fue ocupada lentamente, debido a lo difícil de su clima desértico, y en sus inicios fue destinada a ser un asentamiento penitenciario.

Con respecto a la población nativa, al igual que en otros casos de colonización, inicialmente fueron sometidos con exterminio y esclavización, y después se optó por la asimilación, obligándolos a adoptar las costumbres europeas. También señaló que “aborigen” es el término aceptado, no despectivo, para denominar a los indígenas australianos.
Para poder adentrarse en la cultura y el arte aborigen, indicó que es importante entender el concepto del “Tiempo del ensueño” (“Altyerrenge”), el momento de la creación del mundo por seres ancestrales, cuyas acciones y obra tienen continuidad en el presente y el futuro, y los “Ensueños”, los mitos y leyendas que explican el origen de las cosas. A su vez, estas nociones están manifiestas en el arte rupestre, el territorio y la cosmovisión.
Más allá de su antigüedad, pues las más viejas se calculan de hace 50 mil años, las pinturas rupestres australianas son singulares por mantenerse activas al contener pasajes y personajes del “Tiempo del ensueño”, es decir, siguen siendo utilizadas por los aborígenes en rituales y ceremonias. También son repintadas constantemente para evitar que las representaciones se pierdan, y sus significados perviven en la tradición oral de los nativos.
Además, son únicas por sus características visuales, habiendo tres tipologías: las pinturas estilo “Mimi”, en la región de Tierra de Arnhem, que representan a personajes mágicos con cuerpos y extremidades sumamente alargados; las de “rayos x”, también en Arnhem, donde a los animales y personas se les dibuja con sus estructuras subcutáneas, y las “wandjinas”, en la región de Kimberly, que contienen a seres míticos de la lluvia, con cabezas grandes y ojos prominentes.

Con referencia al territorio, sostuvo que es importante debido a que es un vínculo con los seres ancestrales creadores, quienes le dieron forma a la superficie de la tierra con su actividad durante el “Tiempo del ensueño”. En el arte australiano es recurrente representar aspectos del territorio, sirviendo como mapas y auxiliares en la narración de mitos. Arte que se caracteriza por: hacerse con “vista aérea”, indicar las rutas que trazaron los ancestros y usar una simbología especial para indicar cada aspecto del territorio.
Por último, la cosmovisión contempla los mitos y leyendas sobre la creación del mundo y los seres vivos (“Ensueños”), afines en general, también tema recurrente en el arte aborigen. Destacan el mito de la Serpiente arcoíris, la cual con su andar creó los accidentes geográficos y de la que surgieron los primeros seres vivos; la leyenda de las Siete hermanas, las cuales al huir de un acosador formaron la constelación de Las Pléyades, y la historia de Sugarbag, sobre los ancestros creadores de la miel.
Juárez Rodríguez indicó que los artistas aborígenes solo pueden representar en su obra los mitos y las partes del territorio que corresponden a su clan, los cuales son celosamente vigilados por sus propietarios, y que es inapropiado que una persona no aborigen use cualquiera de sus símbolos, siendo una falta de respeto.