Historias sobre respeto, esperanza y colaboración destacan en la sesión de Fomento a la lectura Huellas de paz

Historias sobre respeto, esperanza y colaboración destacan en la sesión de Fomento a la lectura Huellas de paz

Algunos ejercicios para reflexionar sobre los prejuicios, los estereotipos y el significado de la paz, así como una sesión de lectura en voz alta de cuentos populares sobre respeto, colaboración y esperanza, se disfrutaron en la sesión de Fomento a la lectura “Huellas de paz”, realizado la tarde del sábado 25 de septiembre por las compañeras de la Sala Intermedia del MNCM, en el marco del Día Internacional de la Paz (21 de septiembre).
Ángeles Pacheco, quien dirigió el encuentro, compartió unas fotografías de un pastor africano, un maorí con tatuajes faciales tradicionales, y una sesión de oración de una comunidad islámica, para reflexionar sobre los prejuicios y los estereotipos, y cómo estas tipificaciones son barreras que dificultan la comunicación y el conocimiento entre personas diferentes, conceptos fundamentales para que haya respeto y se pueda conseguir la paz.
Para ilustrar cómo las diferencias en lugar de separarnos nos complementan para hacer cosas grandiosas, Guadalupe Rivera compartió “La leyenda del arcoíris”. Los colores del arcoíris discuten entre sí sobre quién es el más importante de todos, presumiendo sus cualidades y aquellas cosas del universo que tienen su marca. Molesta por su discusión, la lluvia los interrumpe para recordarles que todos importan, a pesar de sus diferencias, y que juntos pueden crean cosas maravillosas, así que los junta en el cielo para crear el arcoíris.
Sobre la relevancia de la cooperación y la convivencia, Itzel Carrasco, prestadora de Servicio Social en la Sala Intermedia, leyó la historia de “La piedra para sopa”. Un extranjero llega a una aldea pidiendo algo de comer, sin embargo, nadie lo socorre, así que decide demostrarles a todos cómo hacer una sopa con una piedra. Mientras va preparando el platillo, el viajero menciona qué le faltaría a la sopa para ser perfecta, a lo que los aldeanos responden llevando poco a poco ingredientes, creando un alimento delicioso que comparten entre todos.
Para recordar el verdadero significado de la paz, Ángeles contó el cuento “Buscando la paz”. Un rey ofrece un gran premio a aquel artista que pueda captar en una pintura la paz. Entre varios trabajos, elige dos obras muy diferentes, la primera con un lago tranquilo entre montañas y un cielo azulado, y la segunda representaba un pajarillo en su nido, en medio de una furiosa tormenta. Ante la estupefacción de todos, el rey elige la segunda, porque la paz significa que aún estando en medio de la adversidad, podemos estar en calma en nuestro corazón.
La sesión finalizó con la elaboración colectiva de un “muro de la paz”. Aunque la mayoría de los muros han sido hechos para separar, basados en la intolerancia ante las diferencias y la incomprensión, en este muro los participantes pudieron escribir y dibujar sus sugerencias para la paz. Destacaron valores como la igualdad, la esperanza, el respeto y la disposición, y frases célebres como “La paz comienza con una sonrisa”, de Teresa de Calcuta, o “Si quieres saber lo que soy o lo que sé, deja de ser lo que eres por un momento”, de Tierno Monénembo.