El Club de lectura Trotamundos teje mitos y leyendas de celtas y vikingos en torno al río Rin
En torno al Rin, uno de los ríos más importantes de Europa, que recorre desde Países Bajos hasta Suiza, se desenvolvieron enigmáticas culturas como la celta y la vikinga, cuyas características se han podido reconstruir, en parte, gracias a sus mitos y leyendas. En la sesión del sábado 25 de septiembre del Club de lectura Trotamundos de la Biblioteca Pedro Bosch Gimpera del MNCM, se revisó el origen y la importancia social de algunas de estas creencias, con fragmentos del libro “Mitología del Rin”, de Xavier Boniface Saintine.
En el primer capítulo leído en el encuentro, se explica que los primeros habitantes del norte de Europa fueron los celtas, provenientes de la región del Indo, quienes ocuparon paulatinamente el territorio. Ellos creían en la existencia de una deidad superior indefinida que había creado involuntariamente el universo, y en millares de dioses menores y microscópicos, tampoco definidos, que con su actividad hacían funcionar al mundo.
Ante la incapacidad para comunicarse con estos dioses incomprensibles e incontenibles, empezaron a dirigirse a la creación (la naturaleza) para establecer contacto, eligiendo en especial a los árboles por unir el cielo y la tierra. Al ser el medio por el que los dioses daban a conocer su voluntad, el árbol se convirtió en objeto de culto entre los celtas; los cuidaban y celebraban momentos importantes de la vida (nacimiento, unión y muerte) en torno a ellos.
En otro fragmento, se revisaron algunos de los dioses importantes del panteón vikingo, y se destacó la historia del origen de su estructura social. Esta dice que cuando la humanidad se multiplicó y primó la ley del más fuerte, Odín, rey de los dioses, decidió poner orden y asignó derechos según jerarquías. Para ello mandó a la Tierra a Heimdall, guardián de Asgard, con la misión de engendrar descendencia.
De su unión con “la bisabuela”, una mujer miserable, nació Throell (el siervo), un niño burdo y fuerte del que surgieron los mineros, leñadores y ganaderos. Con “la abuela”, quien llevaba una vida humilde pero suficiente, tuvo a Karl (el libre), que era hábil y del que derivaron los labradores, artesanos, mercaderes y constructores. Y con “la madre”, quien era rica, engendró a Jarl (el noble), quien era valiente e indómito, origen de la casta de los jefes.
En el último texto abordado, se conoció el significado de las mujeres en diferentes etapas de la historia del Rin. Para los celtas, las mujeres sacerdotisas “druidesas” eran oráculos y modelos de virtud, respetadas por su habilidad para conocer y auspiciar la fortuna. Sin embargo, fueron demeritadas y perseguidas con el avance del cristianismo.
Por ello, entre los vikingos las mujeres destacaron por su carácter insensible, por ejemplo, la novia de Kinast, una rica, hermosa y cruel doncella, quien retaba a sus pretendientes a una hazaña mortal. O la reina Brunilda, del poema de los Nibelungos, quien sólo se desposaría con un hombre que pudiera vencerla, y al descubrir los engaños de su esposo lo castiga brutalmente.
Se reflexionó sobre la importancia de conocer tradiciones como la celta, para revalorar la vida en armonía con la naturaleza, y sobre el culto a los árboles como una constante en diferentes culturas del mundo. Se comentó sobre las similitudes entre los panteones celta, vikingo y grecorromano, al tener personajes mitológicos similares. De igual forma se abordó el empoderamiento de las mujeres celtas y vikingas como ancestrales formas del feminismo.
El Club de lectura Trotamundos es dirigido por Julio César Millán, Angélica Camargo y Mayra Echenique, encargado e integrantes de la Biblioteca Pedro Bosch Gimpera. Únete a este interesante espacio de lectura y reflexión sobre textos de diferentes culturas del mundo enviando un correo electrónico a [email protected]
