Fomento a la lectura del MNCM se refirió a las primeras bibliotecas del mundo y algunos singulares ejemplos

Fomento a la lectura del MNCM se refirió a las primeras bibliotecas del mundo y algunos singulares ejemplos

¿Sabías que existen bibliotecas en la playa, que deambulan montadas en burros o que encadenan sus libros? ¿Cómo crees que surgieron las bibliotecas? En la actividad de Fomento a la lectura “Palabras ocultas”, realizada el sábado 30 de octubre, las compañeras Laura Luna, Guadalupe Rivera e Itzel Carrasco, de la Sala Intermedia del MNCM, compartieron la historia de las bibliotecas y algunos singulares ejemplos, en el marco del Día Internacional de las Bibliotecas (24 de octubre).
Con el apoyo de un video se explicó que las bibliotecas son colecciones organizadas de materiales como libros, publicaciones en serie, documentos gráficos o audiovisuales que pueden ser consultados. La palabra deriva de las raíces griegas “biblio” que significa libro, y “theke” que es caja o contenedor, entendido como “lugar donde se guardan libros”.
Las primeras formas de bibliotecas se remontan a Mesopotamia y el antiguo Egipto, donde la labor de almacenar escritos religiosos, políticos y comerciales estaba a cargo de los sacerdotes y escribas. Sin embargo, fueron los griegos quienes les dieron un carácter académico, convirtiéndolos en lugares para almacenar documentos con todos los conocimientos de la época, que estuvieran a disposición de los intelectuales, mientras los romanos las hicieron proliferar.
Durante la Edad Media las bibliotecas volvieron a quedar a cargo de la religión, que administraba el conocimiento, y los acervos más importantes estaban en los monasterios. A partir del renacimiento, gracias a la creación de nuevas universidades y a la imprenta de Gutenberg, proliferaron en espacios de enseñanza y privados. Desde el siglo XVIII, con los principios progresistas y liberales de la ilustración, aparecieron las bibliotecas nacionales y públicas.
Posteriormente se refirieron a algunas de las bibliotecas más antiguas del mundo, como la de Alejandría, en Egipto, fundada en el siglo III a.C., para contener las obras de todos los territorios conquistados por Alejandro Magno, y rehabilitada en 1989; la al-Qarawiyyin, de Marruecos, fundada en el año 859 por Fátima al-Fihri, una acaudalada mujer que empleó su herencia para construir una institución de enseñanza, aún activa, o la Apostólica, de la Ciudad del Vaticano, fundada en 1448 por Nicolás V, una de las más ricas en textos y manuscritos históricos y cristianos.
Hablaron de otras fuera de lo común, por ejemplo el templo de Haeinsa, de Corea del Sur, que guarda la Tripitaka Coreana, una colección de 80 mil planchas de impresión de madera con textos budistas; la Biblioburro, de Colombia, una biblioteca ambulante sobre burros creada por el profesor Luis Soriano para llevar la lectura a lugares marginales; la Royal Grammar School, de Inglaterra, una de las últimas que conservan la tradición medieval de encadenar los libros a los estantes, o la Beach Library de Bulgaria, que está al aire libre en una playa de Mar Negro y presta materiales en varios idiomas a los turistas.
En la sesión también se organizaron partidas de Basta en línea, en donde los participantes pudieron ejercitar sus conocimientos sobre títulos de libros, nombres de escritores, editoriales y países, datos que son imprescindibles para organizar los libros en las bibliotecas.