Destacan la tradición pictórica de los aborígenes australianos en taller sabatino

Destacan la tradición pictórica de los aborígenes australianos en taller sabatino

Las culturas aborígenes australianas tienen una singular tradición pictórica, a través de la cual representan su cotidianidad y preservan sus historias, y que han debido renovar constantemente con fines de resistencia cultural. Detalles sobre las características, temáticas y etapas del “Arte aborigen australiano” compartió Matilde Ortiz Nicolás, del Departamento de Comunicación Educativa del MNCM, en el taller en línea realizado el sábado 16 de octubre.
En la región norte de Australia el arte tradicional aborigen tiene forma de pinturas rupestres, que alcanzan más de 20 mil años de antigüedad y aún se encuentran vigentes, así como de obras sobre corteza de eucalipto con pigmentos naturales, que empezaron a comercializarse a partir de 1930. Uno de sus estilos característicos es la técnica “rayos x”, en la que se representa a los seres con sus órganos internos, y suelen contener mitos del “Tiempo del ensueño”.
En la zona del desierto central las obras se caracterizan por tener una perspectiva “ojo de pájaro” o cenital, por representar mediante símbolos aspectos del territorio y por elaborarse de memoria, sin un diseño previo. En sus orígenes se dibujaba sobre la arena y estas ilustraciones servían para narrar mitos y celebrar ceremonias de renovación de gestas ancestrales; fungían también como una especie de mapas y revivían el “Tiempo del ensueño”, todo a la vez.
El “Tiempo del ensueño” es el momento de la creación del mundo y la aparición de los seres vivos; el comienzo del conocimiento y origen de las leyes que rigen el mundo, y aunque remite a sucesos del pasado, tiene vigencia en el presente y se proyecta hacia el futuro. Implica vivir en armonía con los otros elementos del mundo y ser responsables de su cuidado, así como transmitir estos conocimientos y preceptos ancestrales para asegurar la continuidad de la vida.
El arte aborigen se renovó con el apoyo de Geoffrey Bardon, profesor de arte en el campamento misionero de Papunya, donde invitó a los aborígenes a trasladar sus dibujos tradicionales en la arena, a soportes duraderos como el lienzo y murales, con pinturas acrílicas. A partir de esta iniciativa se creó una cooperativa de artistas aborígenes conocida como Escuela Papunya Tula, importante también para la revaloración de las culturas nativas australianas y la lucha por sus derechos.
Con este movimiento surgió de igual manera una nueva técnica de ilustración entre los artistas aborígenes, el “dot painting” o “pintura de puntos”, que consiste en la creación de imágenes con puntos de pintura. A pesar de su similitud con el puntillismo europeo, esta técnica se desarrolló sin ninguna influencia extranjera y debe ser valorada como una propuesta original, además, es distintiva porque conserva las características y temáticas del arte tradicional.
Posteriormente, como una forma de revitalizar sus saberes tradicionales y acercarlos a la juventud urbanizada y modernizada, así como para dar a conocer su cultura hacia el exterior, los artistas aborígenes decidieron revolucionar su arte aproximándose al estilo contemporáneo, incorporando una paleta de colores más amplia y brillante (tradicionalmente priman los rojos, ocres, naranjas y marrones), patrones más lineales y diseños abstractos.
Durante el taller se elaboró una sencilla bolsa de lona con asas de listón o cordón, cosida o pegada, decorada con una imagen al gusto en técnica “dot painting” y uso de pinturas acrílicas. Consulta la lista de materiales para hacer esta práctica bolsa en el enlace https://bit.ly/306FA0X y puedes revisar la sesión completa del taller en https://youtu.be/Kkd7P0kLXLo