Describen la cerámica mudéjar de Al-Ándalus
Uno de los grandes aportes de la cultura andalusí para el mundo fueron varias técnicas y ricos diseños para la elaboración de cerámicas, altamente valoradas por la aristocracia medieval europea y que prevalecen en piezas como la talavera; así lo explicó Matilde Ortiz, del departamento de Comunicación Educativa del MNCM, en el taller “Cerámica mudéjar de Al-Ándalus, España”, realizado el sábado 24 de julio.
Para iniciar, informó que el término “mudéjar” deriva de la palabra árabe “mudayyin”, que significa “aquel a quien ha sido permitido quedarse”, y se usaba durante la Edad Media en la península ibérica para designar a la población musulmana. Asimismo, ha servido para denominar al singular arte producido por los alarifes ibéricos (arquitectos, artesanos, carpinteros y albañiles musulmanes), presente principalmente en edificios, trabajos en madera y cerámicas.
La cerámica fue la manifestación artística musulmana más prolífica, en forma de recipientes, vajillas y azulejos. Para elaborarla usaban la técnica “estannífero”, que consiste en la aplicación de un esmalte de estaño a las piezas, para darles un efecto blancuzco y vidriado, y que servía como impermeabilizante. También el coloreado con óxidos metálicos, destacando las cerámicas verde-moradas (hechas con cobre y manganeso), las blanquiazules (con cobalto) y las doradas (con una mezcla de cobre, plata y hierro con vinagre).
Respecto a los elementos decorativos, Matilde señaló que presentaron una continuación de los diseños islámicos, característicos por el “horror vacui” (“horror al vacío”), la repetición de elementos y el reiterado uso de cenefas con motivos vegetales, como los atauriques y las palmetas. Igualmente destacaron los detalles epigráficos como caligrafías árabes cúficas; patrones geométricos tipo estrellas y círculos; diseños figurativos de animales fantásticos, y aspectos cristianos de influencia gótica y renacentista como heráldica, cruces, barcos y castillos.
Estas técnicas surgieron en el siglo VII en Irán e Irak, y con el paso del tiempo se distribuyeron a Egipto, Túnez y la región del Magreb en el noroeste de África, así como por todo el Mediterráneo, especialmente en Al-Ándalus. Los principales centros de producción de cerámica mudéjar estuvieron a lo largo de la costa mediterránea ibérica.
Entre los siglos XIII y XIV destacaron ciudades como Teruel, Paterna, Manises, Manresa, Barcelona, Talavera y Toledo, donde predominaban piezas verde-moradas con temáticas de animales fantásticos y vegetación. Hacia finales del siglo XIV proliferó la cerámica azul cobalto especialmente en Paterna y Manises, con decoraciones de atauriques. Durante el siglo XV, la producción se desplazó principalmente a Málaga, donde se elaboraron piezas doradas con decoraciones geométricas e inscripciones.
Como actividad se elaboró una simulación de cerámica mudéjar con técnica “decoupage”, decorando un recipiente de barro, cerámica, yeso o lámina, con impresiones de papel con patrones mudéjares y pintura acrílica. Puedes consultar la lista de materiales y las plantillas para elaborar estas piezas en https://bit.ly/3i5njq8 y revisar la grabación del taller en https://youtu.be/rmUr7KMDoTQ
#INAHVirtual #QuédateEnCasa