Del Mediterráneo para el mundo, la cerveza
Una de las bebidas fermentadas de mayor consumo a nivel mundial en la actualidad, que se caracteriza por su color ambarino, sabor amargo y textura burbujeante, se originó entre las antiguas civilizaciones del Mediterráneo. La cerveza surgió de una mezcla de técnicas y preparaciones de Mesopotamia, Egipto y Grecia; en su forma primitiva distaba mucho de ser la bebida que ahora conocemos.
Aunque se estima que el descubrimiento accidental de la fermentación de la cebada germinada se remonta al 10,000 a.C. en Levante, su perfeccionamiento se atribuye a los sumerios en torno al 3,500 a.C. Inicialmente, esta primitiva cerveza se usaba en rituales y celebraciones religiosas; sin embargo, cuando la producción de la cebada proliferó, se convirtió en la base de la dieta del pueblo mesopotámico por sus propiedades nutricionales.
La cerveza sumeria básica (“kas”) se elaboraba a partir de unos panes de cebada y trigo (“bappir”) que se cocían en agua junto con granos triturados y dátiles, y se dejaba fermentar naturalmente. La bebida tenía una consistencia viscosa y densa; un sabor ácido y dulce, y se consumía con pajillas de caña o barro para filtrar los sedimentos. Era una importante fuente de proteínas, azúcares y vitaminas, así como una alternativa al agua, usualmente contaminada.
Fue usada como pago a los trabajadores, era uno de los productos de intercambio más valiosos; incluso, tenía asignada una diosa, Ninkasi. También había varias leyes que castigaban con dureza la entrega de porciones incompletas o rebajadas de cerveza. Era elaborada exclusivamente por mujeres, siendo uno de sus pocos oficios permitidos. En la sala de Mesopotamia del MNCM se exhibe una escultura de una sacerdotisa amorrita (1800-1700 a.C.), que parece dar visos de ese rol de las mujeres como productoras y vendedoras de cerveza en aquella época.
Gracias al comercio, esta bebida llegó rápidamente a Egipto, cerca del 3000 a.C., donde empezó a producirse a nivel industrial. La cerveza egipcia (“heneqet”) llevaba un proceso similar al mesopotámico, y existían más de 10 variedades dependiendo la elaboración (por ejemplo el grado de filtrado o fermentación) y los ingredientes extras (como higos, algarrobo, miel o especias). Se usaba incluso como remedio, al agregarle ciertas hierbas medicinales.
Además de retomar su uso como método de pago, en la tierra del Nilo la cerveza fue un elemento central en las reuniones sociales y festivales, y fue asociada con la diversión, el placer y el vicio por sus propiedades embriagantes. Asimismo, conservó su carácter ritual, siendo ofrendada a los dioses y a los difuntos, para que pudieran alimentarse en el camino a la siguiente vida. En la sala de Egipto del Museo podrás apreciar también un vaso funerario para cerveza del periodo predinástico (4000-3500 a.C.).
Aunque hay poca evidencia de su consumo en Grecia, se estima que fue introducida desde Egipto en torno al 2000 a.C., y se popularizó durante el periodo helenístico (323-31 a.C.). Conocida como “zythum”, era considerada una bebida vulgar, al ser más barata que el vino, y para su preparación se sustituyeron los panes por una papilla o mosto. Es probable que, al igual que el vino, se sirviera usando jarras con filtro, de diseño fenicio-púnico (150 a.C.-150 d.C.), como la que podrás observar en la sala de Grecia.