Cazadores-recolectores: desierto del Kalahari, África austral (I)

Cazadores-recolectores: desierto del Kalahari, África austral (I)

La caza-recolección es el sistema más antiguo de sobrevivencia humana y el que más ha perdurado en el tiempo a lo largo de la historia.
Son muy pocos los cazadores-recolectores que todavía existen como tales, pero en África encontramos aún algunos grupos que se dedican en mayor o menor medida a esta actividad de subsistencia. Entre éstos destacan los San*, distribuidos en Namibia, Botswana, Angola, Sudáfrica y, muy minoritariamente, también en Zambia y Zimbabwe (imagen 1).
En el Museo Nacional de las Culturas del Mundo contamos con un pequeño conjunto de piezas de los !Kung de Botswana (imagen 2). A través de ellas se aprecia su relación respetuosa con la naturaleza, sus estrategias de sobrevivencia y su gran conocimiento sobre el medio ambiente. Gracias a estos elementos, tales grupos han podido perdurar en este territorio, en algunos casos muy hostil, como el desierto central del Kalahari (imagen 3).
Los antepasados de los actuales San habitaban todas las tierras fértiles del África austral, hasta hace aproximadamente 8 mil años (imagen 4). Posteriormente compartieron su hábitat con grupos de pastores, los Khoikhoi, y mucho después fueron paulatinamente desplazados por sucesivas oleadas migratorias de los grupos ganaderos de habla bantú, que bajaban desde el norte en búsqueda de nuevos pastizales para su ganado.
Finalmente, con la llegada de los colonos europeos, estos cazadores-recolectores fueron violentamente arrinconados hacia las zonas más remotas del desierto, donde tuvieron que adaptarse. Pudieron sobrevivir gracias a que nadie estaba interesado en esas tierras inhóspitas, pues no son aptas para la ganadería o la agricultura. Sin embargo, en fechas recientes, la excesiva explotación de los pocos pozos de agua para abastecer minas de diamantes y los destinos turísticos para extranjeros en las reservas naturales de Botswana, amenazan con quitarles hasta el desierto, su último refugio.

“Bosquimano”, historia de una discriminación

La discriminación ha sido una constante en la historia más reciente de estos grupos de cazadores-recolectores. Además de las diferencias físicas**, uno de los múltiples factores de este menosprecio fue precisamente el hecho de que dependieran por completo de la naturaleza para su subsistencia: no cultivaban la tierra, no construían casas, sólo abrigos temporales (imagen 5). No poseían ropa ni “cosas” —ni siquiera ganado— y no tenían una morada fija, sino que se desplazaban constantemente.
Con la llegada de los colonizadores europeos, los “boers” (campesino en holandés) y los ingleses, se organizaron expediciones para adueñarse de las tierras de los pobladores originarios, en las que éstos eran literalmente “cazados” y abatidos, por ser considerados seres inferiores.
Uno de los resultados de esta discriminación es justo el término “bosquimano”, que normalmente designa a estos grupos. La historia de tal denominación es bastante peculiar: bosquimano es la traducción del inglés de “bushmen”, literalmente “hombres de la selva o matorral”, que a su vez es la traducción del malayo “orangután”, “hombre de la selva” (imagen 6). Lo paradójico del caso es que los malayos respetaban y elevaban al rango de “hombre” al mono pelirrojo, mientras que los colonizadores ingleses despreciaron y denigraron a los hombres primigenios de África austral, llamándolos precisamente “simios”.

Lenguas “Click”

Los San se componen en la actualidad de cinco grupos, de los cuales los mayoritarios son los !Kung de Angola, Namibia y Botswana, y los G/wi de Botswana. Lingüísticamente se reagrupan bajo el nombre de Khoisan, pues comparten su peculiar lengua “click” con los Khoikhoi (conocidos también como Hotentotes).
Las “click” son las lenguas fonéticamente más complejas del mundo y se caracterizan por los múltiples sonidos “click” o cliqueos que acompañan las palabras. Estos son una especie de chasquidos producidos presionando y soltando la lengua en las diferentes partes de la boca y el paladar***, los cuales, dependiendo de cómo se producen y de la sonoridad de los mismos, marcan significados distintos.

Pinturas rupestres

Las pinturas y grabados rupestres constituyen expresiones artísticas estrechamente relacionadas con los grupos cazadores-recolectores de todo el mundo, pero en este caso cobran un sentido histórico particular, puesto que los San documentaron en sus pinturas no sólo las migraciones bantúes, que los fueron desplazando paulatinamente de sus tierras (imagen 7), sino también la llegada de los colonos europeos a África del sur, que los fueron orillando hacia el desierto.
Los San consideran que la humanidad está encapsulada o enmascarada en la categoría más grande de “animalidad” y la unidad entre las dos permanece a pesar de las superficiales apariencias externas. Los animales conservan elementos de su pasado y naturaleza humanos; se consideran a sí mismos humanos, están interesados e involucrados en sus asuntos e interfieren en ellos, ayudándolos u obstaculizándolos (imagen 😎. En este sentido, el comportamiento animal no es diferente del humano: es racional, propositivo, dictado por valores, costumbres e instituciones. Los animales tienen lenguaje. Su conocimiento rebasa el humano en algunos campos, por ejemplo, en su habilidad de predecir la lluvia.
Por lo tanto, la lectura de la mayoría de las pinturas rupestres del África austral debe basarse en la interpretación de metáforas complejas de esta interrelación simbólica entre los diferentes animales y el hombre (imagen 9), como el caso de las numerosas representaciones de la muerte física de un antílope “eland” o alce de El Cabo (“Taurotragus oryx”) (imagen 10), que remite al trance o la muerte simbólica del chamán: piernas dobladas, sudoración corpórea, sangrado de nariz, pelo de la nuca erizado.
Raffaela Cedraschi, investigadora del MNCM.
* El nombre San deriva posiblemente de las palabras Khoi “saan” o “sonqua”, las que significan ‘gente que recolecta alimentos silvestres’ o ‘aquellos que no tienen ganado’ (en http://www.san.org.za/terms.php y https://cutt.ly/nELznit)
** Los diferentes grupos San tienen una constitución más delgada y pequeña que otros grupos de origen bantú; una piel más clara también, que tiende a lo “amarillo”, y el pelo que crece como en bolitas, conocido como “granos de pimienta”. Los Kohisan comparten además el rasgo de la esteatopigia, una acumulación muy abundante de grasa, sobre todo en los glúteos, en los momentos de grande abundancia de comida, fenómeno que desaparece en las épocas de escasez.